

En septiembre de 2022, la Secretaría de Salud distribuyó a todas las Entidades Federativas el medicamento Paxlovid®, así como sus lineamientos de uso. Para controlar la logística de distribución, entrega y monitoreo del medicamento, desarrollé el software RedPaxPue. En este post te cuento mi experiencia en la planeación del software y por qué, en proyectos donde se requiere un control preciso de los procesos, Excel no es la mejor herramienta. Si alguna vez has participado en un proyecto multidisciplinario donde diferentes áreas intervienen en un mismo proceso y no sabes cómo coordinarlas o por dónde empezar, este post puede servirte como punto de partida.
Atendiendo la emergencia
Después de los resultados que generó el software para la gestión de las Jornadas de Atención en Salud, me llamaron el Subsecretario de Salud del Estado de Puebla (Dr. Huerta) y la Directora de Atención a la Salud (Dra. Gloria Ramos), solicitando apoyo para desarrollar una herramienta que nos permitiera monitorear y controlar el medicamento: desde la gestión del inventario hasta la identificación de los pacientes que lo recibieran, y al mismo tiempo, monitorear durante 10 días su estado de salud y detectar posibles reacciones adversas.
Identificamos tres riesgos latentes que debíamos resolver:
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Los lineamientos emitidos por la Federación eran muy específicos respecto a los pacientes que podían recibir el medicamento (personas de edad avanzada, con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, o insuficiencia renal, entre otras).
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El número de diagnósticos por COVID-19 estaba disminuyendo.
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No todas las unidades médicas estaban autorizadas para recibir el medicamento.
De ideas a software: crear sin abrumar
El primer paso fue identificar las necesidades de los diferentes usuarios. Nos reunimos todos los involucrados (Subsecretaría, Abasto, Hospitales, Centros de Salud, Jurisdicciones Sanitarias), y cada quien planteó sus requerimientos (la famosa lluvia de ideas o, en español, "la carta a los Reyes Magos").
Una práctica que me ha funcionado muy bien es trabajar sobre un diagrama de flujo general, que se va modificando en tiempo real para integrar las necesidades de cada participante. Esto permite visualizar gráficamente el valor agregado de cada propuesta y decidir qué se queda y qué no, algo así como aplicar design thinking, pero enfocado a la informática.
Aquí es fundamental definir quién será responsable de cada tarea y asegurarse de que la línea de trabajo sea clara, es decir, que el proceso tenga un principio y un final definidos, evitando que el paciente sea "rebotado" entre distintas áreas. Esta sesión no es nada fácil: surgen muchas ideas y opiniones. Como responsable del proyecto, debes mentalizarte para ser paciente. Recomiendo mucho hacer una investigación previa sobre lo que se necesita y llegar con un boceto de diagrama de flujo que resuelva la necesidad de forma básica.
El diagrama es tu mejor aliado, ya que te permite cuestionar las ideas, objetivar el proceso para cumplir el objetivo y comprometer a los participantes a seguirlo.
Posteriormente, el equipo de programación trabajó en el desarrollo del proceso a través del software.
Honestamente, si eres programador tendrás tu propia metodología, y quizá aquí no tenga mucho sentido hablar de conceptos como arquitectura de software. Si no lo eres, con más razón no voy a aburrirte con eso.
Pero si te interesa saber cómo es un proceso adaptado al software, mantente pendiente, porque pronto hablaré del Sistema Integral de Atención Ciudadana del Gobernador del Estado de Puebla.
Lo que a mí me ha funcionado es desarrollar una Versión Mínimamente Viable (VMV) con la que los usuarios puedan interactuar y validar el sistema. Aquí es muy importante priorizar la facilidad de uso para las personas que operarán el software. Para ello, es clave aplicar técnicas de UX design, mantener estándares en todas las funciones, asegurarse de que los formularios sean claros y estén en un lenguaje familiar para los usuarios, e identificar cuántas veces se utiliza cada función para detectar retrabajos o cuellos de botella.
Con un estándar bien definido, logramos completar el desarrollo de la VMV en una semana.
Finalmente, implementamos herramientas de mejora continua (planear, hacer, verificar, actuar) para optimizar las funciones, adaptarnos a nuevas necesidades e incluso ampliar el impacto que el software podría tener.
Es muy importante no perder de vista el proceso y evitar funciones que no agregan valor: campos en formularios que nunca se llenan, botones que nadie usa, flujos innecesarios. En temas de software, lo más simple es lo mejor.
El rol de las TIC en el éxito del proyecto
Desarrollar una aplicación web específica nos permitió conectar de manera simultánea a todos los involucrados, organizar las actividades operativas y monitorear en tiempo real el comportamiento del medicamento.
Se generaban reportes diarios que permitían tomar decisiones basadas en datos y auditar de forma sencilla y ordenada el inventario en las unidades médicas, optimizando las tareas del personal administrativo gracias a información certera y de calidad.
Con esta información, pudimos identificar dónde estaba el mayor consumo del medicamento, asegurar el abasto adecuado en cada unidad, detectar reacciones adversas y monitorear la salud de los pacientes, gracias al seguimiento del equipo de Trabajo Social.
Más importante aún, esta herramienta fue clave para identificar a los candidatos que cumplían con los lineamientos federales y evitar ministrar el medicamento a personas que no correspondían.
Nunca es tarde, ¿o sí?
En mi opinión, la implementación de esta estrategia llegó tarde, cuando el COVID-19 ya no representaba un riesgo letal. Para septiembre de 2022, la tasa de mortalidad era mínima, como muestran los datos del Gobierno de México en su página:
https://datos.covid-19.conacyt.mx/#DOView.
Justamente en este tipo de emergencias cobra relevancia el concepto de implementar versiones mínimamente viables, que agilicen el manejo de información clave para salvar vidas.
Por supuesto, los tomadores de decisiones deben actuar con responsabilidad, y ahí es donde la información se convierte en una gran aliada para entender comportamientos previos y reacciones (favorables o no), que permitan continuar o replantear una estrategia.
No sabremos si administrar este medicamento antes hubiera reducido el número de muertes o contagios. También es cierto que usar medicamentos no autorizados representa un gran riesgo, y esa decisión corresponde a los comités de ética médica y farmacovigilancia.
RedPaxPue no solo resolvió un problema técnico, sino que demostró el poder de combinar tecnología, metodología y empatía en entornos de alta presión; el software bien diseñado no solo automatiza procesos; también ordena el caos, hace visibles los datos invisibles y da certidumbre donde antes solo había improvisación.